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Video// En Putumayo militares se disfrazaron para matar y robar a civiles

Pese a las pruebas contundentes entre fotos, entrevistas y relatos que presenta la comunidad del municipio de Puerto Leguízamo, Bajo Putumayo, a los medios de comunicación sobre el crimen de 11 personas, el Gobierno Nacional no ha respondido.

Esta vez Revista Cambio llegó hasta la vereda Alto Remanso en donde reconstruyó el hecho de sangre de los comuneros que participaban de un encuentro deportivo y cultural por tres días en la que hubo saqueo, robo de dinero, muerte y heridos.

Entre las víctimas del ‘falso positivo’ cayó un gobernador indígena y el presidente de la Junta de Acción Comunal.

De acuerdo con la Revista Cambio, los moradores y testigos del hecho de sangre, le manifestaron que a las 6:30 de la mañana desde una ventana de la casa de color verde y construida en madera fueron los primeros que observaron a unos hombres vestidos de negro.

Otro le explicó que cerca a las 7:00 am se escucharon los primeros disparos, es decir los había encerrado sin que ninguna se escapara.

El campeonato había iniciado dos semanas atrás y para la final habían invitado a la comunidad de las demás veredas, el papel decía “El cabildo Alto Remanso tiene el gusto de invitarlos a un sensacional bazar que se llevará a cabo el sábado 26, domingo 27 y gran remate el lunes 28 de marzo hora de inicio a las 10:00 AM”.

En la invitación entregada al medio periodístico se alcanza a leer “Habrá encuentro deportivos masculino y femenino valor puesto planilla equipo masculino 100.000 pesos. Valor puesto planilla equipo femenino 70.000 pesos. La premiación será de acuerdo a los equipos participantes”. 

Dice además, “Habrá desafío gallísticos, premio a la pelea más rápida una botella de Buchana’s, amenizado con un potente sonido, premio a la primera pareja que rompa el baile, habrá comidas y bebidas para todos los gustos”. Al final del texto lleva las imágenes de una pareja, un gallo y un balón.

Nunca pensaron que todo iba a terminar en una tragedia cometida por el Ejército Nacional que se había disfrazado de guerrilleros.

Dos hombres testigos de la masacre, le explican a Revista Cambio que llegaron de frente y otros por detrás, pero tres mujeres, dos hombres y dos menores de edad que estaban en la casa verde, fueron los primeros en notar la presencia de hombres barbados y vestidos de negro, características de disidentes de las Farc.

Cuenta el medio que los hombres de negro encerraron a los que estaban en la casa verde y uno de ellos se asomó por la ventada a dar plomo. Pero al otro lado en la casa azul estaba una mujer herida y que decía “sálveme no me deje morir”, mientras que su esposo Oscar Oliva agonizaba debajo de una palmera junto a otro hombre que también fue ultimado.

El presidente de la Junta de Acción Comunal fue identificado como Didier Hernández, quien había cobrado 10  millones de pesos de las ventas de comidas durante los dos días, recursos que iban hacer utilizados para cimentar un camino veredal, dice Cambio. Un testigo le confiesa que “la plata del presidente se la llevaron, le sacaron todo lo del bolso, le sacaron la plata y se la llevaron y le dejaron el bolso vació”.

La revista expresa que los militares no fue lo único que se llevaron, a un hombre le habían quitado 36 millones de pesos que tenía en un moral. Asegura que cuando el Ejército detecto el dinero le dio dos opciones. Le dicen “Con esta cantidad de dinero que le cogimos nos lo podemos llevar preso, ahí está el helicóptero para llevárnoslo. O segunda opción váyase caminando de frente y no mire hacia atrás”.

El hombre había tomado la segunda opción, él se va caminando y cuando él llega y regresa a mirar ya no estaba ni el Ejército ni el bolso.

En el reporte dado a conocer por el ministro de Defensa Diego Molano no mostró todo el dinero solo la incautación de armas y de 9 millones 850 mil pesos. En el cual no presentaron los 36 millones del señor que tenía en el bolso ni los 5 millones que al parecer se le llevaron al administrador del bar. Así mismo desaparecieron 96 botellas de Buchana’s.

Otro de los testigos le aseguró a Cambio que, “El Ejército cuando llegó habían aproximadamente 10 cajas de Buchana’s, en la fiesta solo se vendieron dos esa noche y las otras 8 el Estado se las llevó”.

Cuando el reloj marcaba las 9:00 am del 28 de marzo de 2022 llegaron unidades de la Armada y la Fuerza Aérea. De cuerdo con la comunidad aún creían que las balas que habían disparado eran de las disidencias de las Farc.

Los pobladores le confiesan a Revista Cambio que “llegaron los militares, las pirañas, Dios mío. Gracias a Dios”, otro le afirma “Nosotros nos relajamos porque cuando llega la aviación, nosotros ya dijimos gracias a Dios nos salvamos, pensábamos que era otro grupo que nos atacaba”. Pero de repente ven a los hombres de negro que se cambiaban de ropa y se ponen prendas militares. “Nunca pensamos que la ley nos había hecho eso”.

Cambio, señala que ahí fue cuando se enteraron que quienes dispararon desde el principio no eran disidentes de Farc sino militares disfrazados.

Las balas disparadas por los militares perforaron ventas y las estructuras de las viviendas construidas en madera. El medio confirma que a la comunidad la sacaron y la sentaron en la cancha y por cuatro horas no les permitió mirar hacia atrás. “Con esas armas nos apuntaban a todos nosotros”.

Según la Revista, los militares arrancaron las cortinas del bar y envolvieron los cadáveres que fueron recibidos por funerarias en el municipio de Puerto Asís.

Dice, además, que la comunidad se cansó del porqué no los dejaban mirar a donde estaban los muertos. y alguien dijo “¿Si maquillaron bien a todos, todos de a fusil encima?”, los pobladores insistieron que manipularon los cuerpos incluido el del gobernador indígena Pablo Panduro.

En el video de Revista Cambio que dura 8 minutos con 10 segundos, se escucha decir a un hombre que “al señor que le han puesto un fusil, es un gobernador”.

Finalmente, Cambio, señala que 4 días después de los sucedido llegaron el fiscal y 8 investigadores del CTI quienes deben establecer que pasó. Tiene que establecer si es responsable del delito.

Esta fue la investigación de la Revista Cambio que llegó hasta Puerto Leguizamo, Bajo Putumayo:

Esto fue lo que dijo el ministro de Defensa si que pudiera corroborarse el crimen en zona del Putumayo. Nuevamente los militares lo engañaron como lo hizo la Policía con la vivienda de la abuelita en Pereira.

Foto: Twitter A La Orilla del Río

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